sábado, 18 de julio de 2009

hola

para la cosi, vuelvo a postear algo.


jueves, 4 de diciembre de 2008

volvamos...

a ponerle algo a esta cosa...
intentaré actualizar algo de acá, me tomé unas buenas vacaciones.

odio los :) ;( :-(
pero el que más odio es el :P, que es eso? me comí medio alfajor?
cuando me ponene esto... 3- significa sexo anal?
que es el lol... ?
que mierda es :ox...
basta miserables. por favor se los pido. no me hablen más con esos signos.

lunes, 14 de abril de 2008

"La alegría tiene gusto a... Choripán"

“La alegría tiene gusto de choripán, y no se puede ser más felíz cuando se come un asado con vino en alguna terraza un sábado a la noche, con amigos o en familia. Es una comida festiva, de cumpleaños, de situaciones que alegran el espíritu.”

Era una noche increíble. Una noche perfecta, estrellada, fresca, limpia, despejada. Esas noches que uno conoce y disfruta más allá de cualquier cosa negativa existente. Estaba destinada a ser inolvidable para muchos, pero inolvidable ya desde su concepción natural de noche en sí. Tan fantástica, tan tranquila, tan agradable a todos los sentidos. Era indescriptible desde las palabras, pero en el aire se percibía una energía sin igual, un aire que embriagaba los pulmones de entusiasmo, decisión, ganas de hacer, ganas de vivir. Habrá sido por eso que él eligió armar esta cena esa noche. Habrá sido la noche que lo eligió a él para albergar tan importante acto en su vida. No se sabe. Pero sí estaba la certeza que sería una noche inolvidable. Para ella. Para él.
Se había vestido con lo mejor de su guardarropa. Saco, camisa, que la había planchado minutos antes, y un pantalón negro bien elegante que hacía juego con sus zapatos. Ella estaba espléndida para la ocasión: vestido negro; si, ella que nunca había usado un vestido con él se lo había puesto esa noche; zapatos de taco alto y un peinado especial, planchado en la parte de adelante, revuelto en la de atrás. De alguna manera ella intuía que la noche iba a ser importante, que de por sí ya lo era (cumplían un año de novios), y de ahí todo ese despliegue, pero no percibió en ningún momento lo que su novio tenía para decirle.
Llegaron al lugar juntos. Él había hecho la reserva un día antes. Era el restaurante más prestigioso de la ciudad, el más caro, el más ostentoso. Y aunque ellos no desentonaban entre la gente, al principio se sintieron un tanto incómodos, un tanto sobre servidos, sobre atendidos. No estaban acostumbrados al servicio como servidumbre, que se da en este tipo de lugares. Ella pidió un delicioso “salmón con vegetales grillados” y él, unas “pastas de cordero” acompañadas de una salsa de puerro. Para tomar les recomendaron un vino fino del varietal Malbec Syrah Sangiovese. Brindaron a los ojos, muy enamorados y los dos disfrutaron de la cena con una química, un enamoramiento envidiable, armónico, lírico. Al terminar tomaron una copa de champán, y él finalmente, de sorpresa, de sopetón, aprovechando el único minuto de silencio de la noche, aprovechando el único minuto sin risas ni miradas, casi con un nudo en la boca, nervioso, alterado, sacó un anillo de su bolsillo y dijo escuetamete:
- ¿Te querés casar conmigo?
Ella lo miró, giró lentamente la cabeza, hizo un gesto con los ojos para abajo y los levanto llenos de lágrimas, casi al instante. Trató de hablar, abró la boca para pronunciar palabra pero no pudo…Volvió a mirar para abajo y las lágrimas caían.
- Pero, decime algo, por favor, decime que sentís…
La voz de él sonó un poco a súplica, un poco a reclamo. Ella levantó la mirada, y le contesto.
- No puedo ser más felíz, me siento en una terraza un sábado a la noche, comiendo asado, con amigos, en familia. Es una comida festiva, de cumpleaños. Esta situación me alegra el espíritu. ¿Entendés?
Él la había escuchado atentamente. Y no había entendido nada de nada. Miró la botella de vino y se dijo a sí mismo “habrá sido el vino que nos tomamos”. Se levantó decididamente, y la besó apasionadamente.
Si hay algo que el recuerda de aquel beso, y de aquella noche, es que ella tenía un insoportable aliento a choripan en la boca.

lunes, 31 de marzo de 2008

llegamos al fin

Y si nos ponemos a pensar, todo es una señal que nos lleva indefectiblemente al fin del mundo. habrá que aprovechar rápido en hacer lo que más nos guste porque buenos aires es el caos, es el infierno, se hunde como la atlántida, pero no en agua. O si, pero eso es cuando llueve.
Se hunde en un chop suey sin soja, sin verduras, sin carne... sin nada que venga del campo. "Rúcula, rúcula, rúcula, huevo, huevo, huevo" canta la clase obrera de Barrio Norte, Belgrano, y Palermo. Mientras, un ejército de orcos pago por el gobierno embiste a tenistas, polistas, vegetarianos, empleados de solariums, chicas de castings, gentes de bien... y bueno, todo ese tipo de personas que viven en zona norte. Los embisten al grito de la marcha peronista, eso es lo único divertido.
Pero no termina ahí el hundimiento. Los transportes públicos, los trenes, los bondis, se rebelan contra la gente. Atropellan personas a propósito para tardar y retrasar más nuestras vidas. A su vez, los trenes nos quieren secuestrar. Es una especie de melancolía que tienen. Se deben sentir solos, y por eso acumulan gente y gente en sus vagones y las mantiene encerradas por lo máximo de tiempo. Para esto, de vez en cuando pisan a algún linyera. Y los taxistas pueden manejar a 180 por hora. Es un alivio llegar tan temprano a casa.

buenos aires fue, arde en este infierno.

miércoles, 26 de marzo de 2008

desencuentro

es un desencuentro constante, una cosa que si viene se va, que si se va viene.
y nunca por los mismos caminos, no es que en el medio se choque el tema, se encuentre, colisione, no... todo está calculado milimétricamente para que los caminos no se crucen.
será obra del destino. vos comés una asado en el viernes santo y se larga a llover. será obra del destino. dios nos está mandando inflación, retensiones en el campo, y nosotros comemos igual asado. por eso hizo llover.
igual siempre estoy yendo, no es que vengan para acá demasiado. o si lo hicieron, en su momento, tocaron el timbre y no estaba, estaba ocupado, o no entendí que decían, estaba dormido, me hice el dormido, me mande una cagada, me hice el desentendido. Es raro cuando el desentendimiento es de otro.
todo pasa quizás por la comunicación. yo estudio comunicación, pero no creo que me ayude en nada de lo que hablo. de qué hablo? de todo, pero de nada. todo el tiempo.
tengo abstinencia de blog. no escribo y cuando lo hago se me mezcla todo. voy o vengo. vienen o van. para mi está claro... claro que CTI se metió la sombrilla en el culo. "que te clavo que te clavo" pero ahora claro, si, claro, simple, claro.
indefiniciones. todo el tiempo. lo que era o parecía ser siempre es más chiquito o menos importante. soy una indefinición andando, un blur de temas. un blur de situaciones. y como quiero llegar a entender a alguien si no me entiendo a mi? el tema es que no soy claro.

lunes, 10 de marzo de 2008

Raro

Hoy estoy raro, y no entiendo porqué. O sí.
Será, quizás, que no puedo solucionar ese tema inresoluto que tanto me insomnia. Insomnia de vacaciones, un camino de ida. Y de vueltas y vueltas en la cama. Una cama que tengo que comprar, porque no se si es mia, o de quien, o desde cuando dejó de serlo. Cuando desarmo la mochila? o desde cuando la tengo armada? A dónde es que voy con el cepillo de dientes? Todavía no lo puedo dejar en ningún lado... Y si puedo todavía no sé. Mi cepillo de dientes es la bandera que planto cuando conquisto un lugar? Conquisto qué? Que pelotudo, actuo como si no pasara nada y pasa que pasa. Actuo. No me gusta lo sobreactuado. No me gusta ser público de teatro. Pero me encanta ir. Bah, pasa que la gente que se sienta alrededor no es mi tipo. No, tampoco sé cual es mi tipo. Pero bueno, prefiero la gente que va al cine. No se cree más importante por estar en donde está. Más allá de todo, no me gustan los cineastas. El cine si. Los cinesatas no. No los banco. Son tan, pero tan tan, no se... artificiales. Como los fuegos de la navidad.
Hoy estoy raro.

Dato nº 18

Las equivocaciones vienen de a par. Pasan dos veces. Espero que no sean más.